jueves, 16 de septiembre de 2021

Dialogar o la escucha del Otro



¿Por qué debemos dialogar? de todas las razones la más urgente, hasta dramática, pero cierta, es que de eso depende nuestra subsistencia. El cambio climático y las insostenibles y abismantes inequidades sociales. Urge, nos lo grita la pandemia, encontrarnos en lo más universal, común a todos, el dolor, el sufrimiento y el anhelo de la felicidad o la vida buena.
Pero aclaremos algo básico, que está en la esencia del tipo de dialogo que estamos hablando, este no es filosófico o dialéctico.
A veces, quienes pedimos dialogar, lo que está detrás es que queremos ser escuchados. Que nos presten oreja (ambas) Condición sine quo non para iniciar diálogos auténticos.
Escuchar viene de la misma raíz de auscultar, Si, como el médico que pide silencio y suma toda su concentración para interpretar bien lo que escucha de nuestro lenguaje verbal y corporal.
No obstante, quienes demandamos ser escuchados no mantenemos la misma disposición para escuchar a quien demandamos oído y plena atención.
La verificación de saberse y sentirse mutuamente escuchado, prestar atención mutua a lo que se oye, inaugura el diálogo. Es diálogo.
El prefijo “dia” significa través de, es un ir y venir, del logos, la palabra.
Para tener el dia – logo que necesitamos deberíamos entenderlo simplemente como un dia- escucharnos, dia-vernos o dia-reconocernos.
La reciprocidad de verse, reconocerse, escucharse hace posible el auténtico diálogo.
La convocatoria a la conversación dialogal, es esencialmente la escucha del otro y la reciprocidad. Oímos con los oídos, pero escuchamos con todos los sentidos y con todo el cuerpo. Es un acto de inclinarse, de asegurar que traduzco bien lo que los otros me dicen y viceversa.
Si Dios escucha a quien lo invoca, quien quiera que sea, y dice el texto Sagrado Él se inclina a escuchar ¿Quién podría negarse a esta condición básica esencial del dialogo para el entendimiento humano?
Y si creyentes y no creyentes coincidimos en al valor irreductible de la dignidad humana, dialogar es escuchar esa dignidad que padece de no reconocimiento.
Esto pone frente a nosotros la segunda manifestación del dialogo que quiere gozar de legitimidad. Hay un Otro. Se dialoga entre diferentes, distintos y en respeto a esas diferencias que, al dialogar, ocurre un cambio importante, la alteridad del Otro deja de ser rareza, sino que diferenciadores propios de las riquezas de creencias y culturas. Si damos este paso hemos bajado la guardia, estamos en condiciones, diría un budista, para la ceremonia del té, o partir el pan, diría Jesús.
Quien no advierte esta pluralidad tiene la tentación de ver a su propia cultura y creencias como únicas y caer en la peligrosa tendencia totalitaria, donde el Otro es mi enemigo a convencer o simplemente tolerar en la más rudimentaria expresión de esta cortesía.
Entonces a quien demandamos nos escuche precede la mutua inclinación. El mutuo reconocimiento y validación.
¿Dónde se nos quedó la reciprocidad? ¿Dónde se perdió la escucha del otro? Se invisibilizó en la colonización. Desde que dijimos Chile sin reconocer que en esa territorialidad había muchos pueblos y naciones. Luego más de una espiritualidad, culturas e idiosincrasias.
Por lo tanto, tenemos un ADN colonizador. Solo vamos con la imposición de nuestra palabra sin esperar la receptividad de la palabra del otro. No tenemos vocación de acogida, sino de invasión. Una razón más para entender el imperio del patriarcalismo y la urgencia de ser escuchadas las demandas feministas.
¿Desde dónde invocamos ser escuchados? Desde el padecimiento, desde el dolor, el sufrimiento o el anhelo de sentido. Y es ese padecer lo más universal. ¿Cómo lo procesamos? Dialogando desde esa dimensión común y dando la bienvenida a las riquezas de caminos de resiliencia, felicidad o vida buena de las diversidades de sabidurías culturales, espiritualidades, sean laicas o religiosas, que se ofrecen en la escucha del Otro. Y desde esta dialogo abrir camino a la interculturalidad y la genuina cultura democrática.
¿Dialoguemos? mejor dicho: ¿escuchémonos?

jueves, 14 de noviembre de 2019

Ética y Espiritualidad de la Dignidad



“Los últimos serán primeros”
                                                                  Jesús
 En ocasión a las invitación a orar o rezar por la confesiones religiosas por la paz social escribo estas notas como una acción consecuente con toda espiritualidad.

Esta reiterada frase de Jesús da cuenta de un principio ético para la toma de decisiones en su agenda proposicional del evangelio, como manifestando uno de los sentidos fundamentales del significado de justicia de su propuesta. Si éste fuera vinculante, expresión tan recurrida en estos tiempos, muchas cosas se habrían evitado, sobre todo las expresiones de violencia.

Bajo ningún punto de vista pretendo hacer una apología de la violencia y vandalismo, pero hay que tratar de entenderla. A su vez, entiendo la convocatoria a orar por parte de las confesiones religiosas como un acto profundo de autoanálisis humilde de los acontecimientos en perspectiva de fe creyente. En esa reverencial instancia me viene el eco de este principio y la necesidad de asumir nuestras propias responsabilidades en estos sucesos.

Desde este escenario me pregunto si las voces de quienes hoy se manifiestan violentamente no son sino los hijos de un sistema totalmente contrario a este principio ético.

Por ejemplo, se crearon los colegios de excelencia con el criterio de que los mejores estuvieran juntos, previa selección por capacidades y con los mejores profesores. Un alto porcentaje de jóvenes quedaron segregados a colegios con menos recursos, de menor calidad  y con profesores menos calificados. Un modelo centrado en el mérito, y no centrada en igualdad de oportunidades, donde, obviamente,  los “últimos” están predestinados a ser siempre rezagados. Sus matrículas en colegios municipales de sus comunas, creadas bajo la segregación clasista que se hizo en tiempos de la dictadura, solo les garantizaban la permanencia ad eternum a seguir en las mismas condiciones de su entorno socio económico. Sus voces silenciadas comenzaban a magullar frustración que fue acumulando solo rabia en sus entrañas. ¿Habría sido otra cosa si se aplicara este principio?


En el sistema de salud, sus urgencias eran postergadas una y otra vez como en una suerte de eutanasia socio económica. Listas eternas no conocidas por quienes, en posiciones de mayor privilegio, tienen un seguro médico que les da acceso a la atención privada e inmediata. Otro criterio de selección que posterga un derecho convirtiendo al paciente en cliente. Otra cosa habría sido un acceso al servicio médico bajo este principio.

Los últimos serán los primeros establece un puente claro entre la justicia y la paz, las reconcilia, las abraza como nos indica el salmo 85.  Desde este principio se mira el horizonte de las inequidades y empareja la cancha para que todas y todos tengan verdaderamente las mismas oportunidades.

El modelo neoliberal es lo opuesto a este principio, establece el mérito como condición de posibilidad para la dignidad. Los violentistas son hijos de este modelo, no tiene utopías, se declaran equívocamente anarquistas (digo equívocamente pues lejos están del ideario de Bukanin o Tolstoi) y lamentablemente no tienen otra vía de manifestación, pues la violencia por omisión y comisión en la que nacieron y criaron les enseñó y los condicionó a esta expresión de su desesperanza.

La evasión es, en este sentido, el karma de la evasión sistemática que se ha hecho de ellos. Colusiones farmacéuticas, de alimentos y papeles higiénicos se devolvió a través de esta lamentable retribución.

Condenable el vandalismo y los saqueos, lejos está de este principio ético fundamental del evangelio. Refleja la moral en que se nos ha educado, mas bien pre moral, pues son reacciones condicionadas socio económicamente. Como un fiel reflejo del condicionamiento clásico que anula la libertad como responsabilidad. Muchos de ellos pasaron por la escuela del sistema del SENAME cuya moral conductista, aún sin cambios profundos, sólo alimentaba la frustración. Los niños SENAME tienen nombre, no seudónimos como “cisarro” u otros, y detrás de ellos un relato de vida que también nos hace responsables.

Si los últimos son los primeros, es consecuente con la indicación a la paz social, escucharlos y no solo criminalizarlos, pues como un espejo, eso también criminaliza a todos. Es lamentable que la única voz que se oye frente a ellos es más represión sin la mínima humildad y sentido de responsabilidad frente a sus acciones por parte de las autoridades y los responsables de un modelo social y económico meritocrático, donde méritos y privilegios son la única condición de posibilidad para la dignidad.

Si los últimos son los primeros seria necesario recursos para canalizar su rabia y bajar sus piedras y subirles la esperanza y reales oportunidades de dignidad.

Un amigo, Fred Milligan, presbítero protestante, el día de protestas se puso a proveer agua a los manifestantes a la puerta de su parroquia, les llenaba sus contenedores de agua y refrescaba sus cuerpos adrenalísticos. No solo a ellos, también a los carabineros. Pudo establecer vínculos de empatía incluso con los violentistas y aplacar su rabia por un instante, al menos con un mínimo gesto de hospitalidad. Si no hay espacios de hospitalidad social e inclusiva para ellos será difícil la paz.

Omar Cortés Gaibur
Profesor de ética
Comunidad Teológica Evangélica de Chile
Director Ejecutivo ADIR Chile.


domingo, 2 de diciembre de 2018

Desdogmatizar el dogma navideño


“Es hora de mirar hoy al Niño Jesús no en las imágenes bonitas de nuestros pesebres. Hay que buscarlo entre los niños desnutridos que se acostarán en la  noche de navidad sin tener que comer, en los inmigrantes que recorren todo el día nuestras calles por una oportunidad laboral...

Estas palabras  parafraseadas de monseñor Romero no se paran desde la crítica histórica, que es valorable en su aporte para ser más humildes y no pretender una defensa de nuestros dogmas, mas allá de su propia motivación sapiencial. Los dogmas son datos de fe , no de ciencia. Y su valor estriba en ser narrativas fundantes de una fe. Tiene su propio y exclusivo aporte que, muchas veces, se pierde cuando se le quiere pasar por el filtro de una racionalidad ajena a ella misma o la razón-mercado
el viejo pascuero, por ejemplo, es un mito de la religión secular que se resiste a despegarse por completo de los ritos sapienciales que nos aporta la tradición cristiana y se desperfila con el dios-consumo
Re vivir esta época con su adviento esperanzador nos abre  a una dimensión intercultural de esta emotiva celebración perdida entre los paquetes del consumo.
Instalo en mi casa un pesebre y evoco en ellos los rostros de mis hermanos haitianos  de las clases de español  y de mis hermanos hondureños en su caravana a las puertas del imperio, sus luchas y resistencia. Nacerá Jesús entre ellos, cual es la re-significación que ellos le dan? Escuchar sus respuestas son el adviento que necesitamos.

Desde la sabiduría del dogma de la encarnación me aproximo para ver en sus vidas la visita de Dios. Desde una sola gota que se puede exprimir al infinito de esta narrativa que nutre  mi fe afirmo, descubro y celebro: Dios nos visita en ellos. Son auténticos protagonistas de pesebre ¡¡¡

domingo, 23 de septiembre de 2018

el tañido de tu trascendencia


Hace cuatro años “callampito” nos dejo.  Así le decían sus compañeros de universidad en su tesón solidario. Pero su campana, que resonaba por las calles de las llamadas poblaciones callampas de aquellos años, para convocar a los pobladores a clases de alfabetización, sigue sonando, hasta hoy, y hasta siempre; desde  tiempos del glorioso pedagógico de la chile  que nutría de buenos profesores a la educación chilena, mi madre entre ellos.
Resuena en mi conciencia  y de los suyos. Me llama la atención, la mayoría de sus nietos están involucrados con la educación.
Resuena en mi corazón , cada año que pasa, cada cumpleaños que recordamos, cada aniversario de su muerte como hoy.
Como dijo el poeta, resuena su campana de trascendencia y vuelves " a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera"
"Compañero del alma, compañero. Compañero del alma, Que tenemos que hablar de tantas cosas".   
 A tu memoria, en mi corazón resuena a ritmos del palpito, tu campana. Con la ilusa pretensión de seguir tu tañido.

domingo, 22 de abril de 2018

Radiografía espiritual.


Florecer desde el lodo

"La iluminación es flor que brota inesperadamente a la vera del camino y nos sorprende en pleno extravío. La maravilla del loto blanco, simultaneidad de flor y fruto, florece inesperadamente desde el fango. Dejándonos aceptar gratuitamente, asumimos la necesidad del propio barro sin justificarla. La realidad nos deja ser y nos dejamos ser por ella…
Bueno es reconocer la sombra y responder a la luz, sin obsesionarnos con la negatividad. Reconocer que el estanque de mi vida no es agua trasparente. Engaño es creerse agua limpia. Pero mayor equivocación es no percatarse de que la gota de agua sucia puede reflejar la luna. Al filtrar el agua, hay quien se queda mirando la suciedad recogida en el filtro, en vez de beber la que sale limpia.
Descubrimos lo mejor nuestro cuando alguien se fía de nosotros, incondicional y amablemente. Soy mejor de lo que creo cuando me autocondeno. Soy peor de lo que me creo cuando me autojustifico. Lo mejor de mi mismo  es mi yo profundo, soy mi mejor yo, cuando soy tal cual me ve quien, al mirarme con amor, me crea. “La llegada del reino de Dios no esta sujeta a cálculos” (Lc 17,20)
Si descubrimos una instancia absoluta que nos acepta sin condiciones, tocamos fondo en
lo mejor de la propia hondura, allí donde somos mas que nosotros mismos: homo superat hominem, la profundidad humana desborda la pequeñez de los humano."


De Juan Masiá  en Vivir, Espiritualidad en Pequeñas Dosis